…y la historia del “misterioso perro”
La odisea de cinco jóvenes extraviados
“Fue una traumática experiencia que nunca la olvidaremos, no solamente los cinco que sufrimos las más de 12 horas de angustia, sino que también nuestras familias”, afirmó Daniela Alvarez Dunn a PROA al Futuro en exclusiva, dando a conocer pormenores del extravío de los cinco jóvenes de la iglesia Renuevo que fueron ubicados sin novedad por patrullas de rescate cuando intentaban cruzar de Millaneco al salto de Huellaco.
Si bien es cierto que la odisea tuvo un final feliz cuando en la madrugada de martes 20 de septiembre, los rescatistas de bomberos, carabineros, personal de la Armada y familiares lograron hacer contacto con los extraviados, los protagonistas de este episodio debieron pasar momentos de extrema tensión al verse perdidos en el enmarañado bosque y escarpadas quebradas de la ribera del estero Huellaco y sin contar con los mínimos conocimientos y elementos de supervivencia soportaron más de 12 horas refugiados en una saliente al borde de un acantilado y al llegar la noche, optaron por quedarse en ese riesgoso lugar hasta las 8 de la mañana del martes 20 cuando fueron rescatados.
“Nuestra ropas estaban mojadas al tratar de cruzar el estero, pero como no disponíamos de fósforos para encender una fogata ni linterna, debimos cortar apresuradamente algunas ramas para guarecernos de la fría neblina de ese lugar y debido al ruido de la corriente del estero no escuchábamos a quienes nos buscaban ”, dijo Fabiola Morales Macheo, otra de las jóvenes, que junto al guía Luís Rifo Mora, Valeska Díaz Bustos y Carlos Vallejos Yepsen, eran los extraviados.
Por su parte la madre de Daniela, en nombre de los padres de los cinco jóvenes de su iglesia, solicitó poder expresar, en nuestro medio, los agradecimientos a los bomberos, que desde el anochecer del lunes 19 y hasta la madrugada del martes 20 no descansaron hasta dar con los muchachos. También agradeció al personal especializado de Carabineros y a los funcionarios de la Capitanía de Puerto de Lebu, quienes junto a los familiares y amigos de la iglesia Renuevo hicieron lo humanamente posible para que fueran encontrados sanos y salvos los cinco jóvenes extraviados.
EL “MISTERIOSO” PERRO
Capitulo aparte merece un anónimo perro, que –según los jóvenes- fue el héroe de la jornada ya que con su extraña actitud y su fino instinto evitó que los excursionistas sufrieran mayores daños.
Cuentan que cuando llegaron a la playa Millaneco se les unió un perro, que en todo momento no se despegaba del grupo y en algunas ocasiones, con gruñidos o fuertes ladridos trataba de indicar el peligro, como cuando el grupo comenzó el acenso hacia Huellaco, donde el perro se puso delante y trataba de impedirles el paso.
“En varias oportunidades nos guiaba a los lugares menos peligrosos y nos avisaba cuando existían pozones hondos”, dijo Daniela, recordando que con su hocico tomaba la manga de alguno de ellos y les ayudaba a cruzar por las filudas piedras “incluso –afirmó- cuando sufrí una caída, el perro corrió a mi lado, con su hocico trajo un palo que use como bastón”. También cuando intentamos continuar, el perro ladraba y lloraba delante de nosotros, hasta que decidimos quedarnos en el lugar. Allí nos cuidó toda la noche hasta que nos rescataron”.
Cuentan que el “misterioso” perro llegó hasta los rescatistas y ladrando les indicó el lugar exacto donde estaban los jóvenes, a los cuales los acompaño hasta el hospital. Luego el voluntario Del Horto, de la Primera Compañía de Bomberos se lo llevó a su casa pero al poco tiempo inexplicablemente se desató y se fue sin dejar rastros.
De seguro que esta es una historia que nos reafirma que existen animales que sólo les falta hablar y que el perro, es el mejor amigo del hombre.
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